Por malambo en Invariancia.General | 2005-07-27
“En una teoría que ha dado tales resultados tiene que haber gran parte de verdad”
H. A. Lorentz
La ciencia de las redes tiene más de 250 años y se inició con la solución de una cuestión aparentemente trivial y sin utilidad práctica. El célebre matemático Leonhard Euler en 1735 durante su estancia en San Petersburgo resolvió el problema de los puentes de Königsberg. La dificultad consistía en encontrar las distintas maneras que tienen
n caminantes de cruzar los puentes de aquella ciudad rusa; y como Euler apeló a un pequeño grafo, se considera que tal demostración fue el punto de partida de la ciencia de redes.
Sin embargo, no fue sino hasta que el respaldo tecnológico permitió manejar grandes cantidades de datos que la disciplina tuvo una explosión espectacular.
Varios factores convergieron para favorecer este desarrollo inusual de la ciencia de redes. A la par de la posibilidad de almacenar datos en bases digitales inmensas, las distintas ciencias lenta pero sostenidamente comenzaron a romper sus límites. Y así, físicos, químicos y biólogos encararon sus primeros trabajos conjuntos sobre complejidad. Posteriormente se agregaron psicólogos provenientes de las neurociencias y también los sociólogos no hechizados por la contracultura posmodernista.
La necesidad de ir más allá de las explicaciones reduccionistas hizo notar a los investigadores que algunos rasgos muy profundos de la naturaleza son independientes del nivel ontológico considerado y que pueden aprehenderse con técnicas similares.
En los sociosistemas, para evitar el reduccionismo sin olvidar al individuo es indispensable conocer las intrincadas topologías de las interacciones entre los componentes.
Hay por lo menos dos maneras: una es la construcción de los modelos de red que explique los mecanismos íntimos del funcionamiento de los sociosistemas. La otra es el análisis estadístico del modelo para extraer propiedades medibles a confrontar con la realidad.
La física estadística, nacida de los aportes independientes y con enfoques distintos pero totalmente equivalentes de Willard Gibbs en 1902 y de Albert Einstein entre 1903 y 1904 y desarrollada a partir de entonces se convirtió en la más poderosa y bella ciencia que la humanidad haya construido jamás. No sólo sirve para predecir los comportamientos visibles de la materia sino, además, para develar sus mecanismos más sutiles.
Aplicada a las redes, cambió sistemas físicos por grafos como objeto de análisis y puso a disposición de los actuales investigadores (de los que hablaré más adelante) un siglo de evolución y solidez científica.
Espero utilizar dos "paradigmas" de la física estadística. Uno asociado a la cinética de los gases, que permite obtener propiedades globales del sistema modelando explícitamente colecciones de individuos que se comportan según unos principios básicos. El otro, en cambio, aunque menos intuitivo da respuestas globales a partir de rigurosos argumentos probabilistas basados en propiedades del sistema considerado como un todo.
Estos paradigmas no sólo son conmensurables, sino que son complementarios (Oye, Kuhn y cuéntaselo al payaso). La razón de su tratamiento en paralelo reside en que algunas propiedades del sistema o algunos procesos que se dan en él a veces conviene tratarlos con uno y otras con el otro, cuando no obtener resultados parciales con el primero para luego continuarlos con el segundo.
2005-07-27 15:39 | 5 Comentarios